Por Juan Carlos Méndez Ramírez
En el engranaje de una administración pública efectiva, a menudo son las figuras que trabajan con seriedad, prudencia y una calculada eficiencia las que forjan los resultados más trascendentales. En Los Cabos, el tesorero municipal, Rigoberto Arce Martínez, personifica este perfil de liderazgo. Con una forma de trabajar de bajo perfil, de pocas palabras pero con resultados excepcionales, Arce Martínez es un pilar fundamental en la construcción de un municipio más fuerte y con una memoria histórica resguardada. Su trato afable y muy educado, que siempre ve a las personas iguales sin distingo por su condición social o aspecto, le confiere una estatura moral que inspira confianza y respeto.
Recientemente, en representación del presidente municipal Christian Agúndez Gómez, el tesorero Arce Martínez encabezó la Segunda Jornada de Capacitación y Gestión Documental en la Casa de la Cultura “Profr. Alfredo Green González”. Este evento, que contó con la participación de integrantes del Archivo General de la Nación (AGN), no fue un mero acto administrativo, sino una clara demostración de su inteligencia estratégica y su profunda responsabilidad con el futuro y el pasado de Los Cabos. Arce Martínez subrayó la importancia de fortalecer el sistema institucional de archivos para garantizar la eficiencia de la administración pública y preservar la memoria histórica del municipio. Esta declaración no solo revela un compromiso con la transparencia y el orden, sino una visión que comprende la relevancia de cada documento como pieza clave del patrimonio cabeño.
Su enfoque es metódico y preciso. Como él mismo expresó, «la conservación de la historia y todo el trabajo basado en los protocolos del Archivo General de la Nación es fundamental para esta administración municipal». Esta frase encapsula su naturaleza calculadora y eficiente: cada paso está pensado, cada procedimiento es esencial. La capacitación de los enlaces de cada dependencia, que él considera «clave para dar orden y resguardo a la historia de Los Cabos», es una muestra palpable de cómo su liderazgo, aunque discreto, asegura que el conocimiento y las capacidades se distribuyan transversalmente, impactando positivamente en toda la administración.
Rigoberto Arce no busca los reflectores; su satisfacción reside en la tarea cumplida, en el sistema robusto que deja como legado. Él mismo mencionó que esta jornada atiende una encomienda directa del alcalde Christian Agúndez: establecer normas y directrices que aseguren la correcta organización del archivo municipal. Es en esta ejecución puntual y en la búsqueda constante de la excelencia donde su inteligencia y responsabilidad se hacen patentes. Un hombre que se enfoca en el «cómo» y no solo en el «qué», que valora la meticulosidad y la adhesión a los protocolos, demuestra una madurez profesional inusual.

El valor de Rigoberto Arce Martínez para Los Cabos trasciende su rol financiero. Su liderazgo en la salvaguarda del patrimonio documental es un testimonio de un servidor público íntegro, cuya seriedad y prudencia no son sinónimos de distancia, sino de una convicción inquebrantable en el bien común. En su trato, la afabilidad se une a la firmeza, y su capacidad de ver a todas las personas por igual, sin prejuicios, lo convierte en un referente ético. Los Cabos tiene en Rigoberto Arce a un activo invaluable, un hombre que, desde la discreción de su trabajo, construye con cada acción un futuro más ordenado, transparente y consciente de su propia historia.






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