Por Juan Carlos Méndez Ramírez

En el corazón vibrante de la gestión municipal de Los Cabos, la novena sesión pública ordinaria del Cabildo trascendió la mera deliberación sobre el progreso sostenible. Fue un escenario crucial donde se cimentó, de manera palpable, un compromiso profundo con los pilares de la participación ciudadana y el futuro de la comunidad.

De forma significativa, abriendo el orden del día, el arquitecto Christian Agúndez Gómez, presidente municipal, dirigió un emotivo reconocimiento y sus más sinceras felicitaciones a los integrantes del Segundo Cabildo Infantil de Los Cabos. La lista de nombres —desde Danna Valentina Tostado Mellado (síndica) y Ximena Zoe Cervantes Lucero (secretaria general), hasta Matvey Alejandro Rojas Caro (I regidor) y los once regidores infantiles restantes— no constituyó un simple formalismo. Fue la validación pública de su trascendental labor, marcando la conclusión de su período como representantes directos de la niñez cabeña. Su presencia ante el máximo órgano de gobierno local certificó una contribución invaluable: la de fortalecer la participación de las niñas y niños en los asuntos públicos. Aquí reside una piedra angular del compromiso democrático que la administración de Agúndez parece cultivar activamente.

La voz de la infancia, clara y llena de convicción, resonó con fuerza a través de Perla Samira Ornelas Mata, presidenta del Cabildo Infantil. Sus palabras ante la mesa edilicia no fueron un simple agradecimiento; fueron una declaración de principios sobre la importancia de ser vistos y escuchados. «Queremos agradecerles por darnos la oportunidad de participar en estas actividades, de escuchar nuestras propuestas y tratar de llevarlas a cabo», expresó, encapsulando el valor de ser tomados en serio. Y con una lucidez que interpela a la esencia misma de la democracia inclusiva, afirmó que esta participación les «permiten representar las necesidades y dudas de las infancias cabeñas». La frase clave que subraya el ideal que la administración de Agúndez parece abrazar: «poco a poco nuestro municipio va siendo más incluyente, porque no hay voces chiquitas, todos debemos ser escuchados en igualdad». Este pronunciamiento, en el corazón del poder local y respaldado por la presencia del alcalde, es el eco potente de una democracia que busca ser verdaderamente representativa desde sus raíces.

El presidente Christian Agúndez, comprendiendo que el reconocimiento debe ir acompañado de apoyo tangible, materializó el aprecio al «valor y entusiasmo de las y los infantes» con la entrega de tabletas. Este gesto trasciende el mero obsequio; es una inversión estratégica en el futuro de estos jóvenes líderes. Al proveerles una herramienta tecnológica, se les abren «mayores oportunidades de conocimiento en su proceso de aprendizaje», vinculando directamente su participación cívica con el impulso a su desarrollo educativo y personal. Es un acto que refuerza el mensaje: su participación importa y su futuro es una prioridad tangible para esta administración.

Las acciones y, sobre todo, los gestos del alcalde Christian Agúndez en esta trascendental sesión del Cabildo, pintan el retrato de una administración profundamente comprometida con la democracia participativa y el futuro encarnado en la niñez. Reconocer formalmente al Cabildo Infantil, escuchar sus voces genuinas, y proveerles herramientas para su crecimiento no son actos aislados; son la siembra deliberada de semillas democráticas en el terreno más fértil: la infancia. En Los Cabos, bajo el liderazgo del alcalde Agúndez, se está construyendo un tejido social donde la inclusión de todas las voces, especialmente las de los más jóvenes, no es una opción, sino un pilar fundamental para un progreso verdaderamente sostenible y una comunidad más justa, equitativa y vibrante. Este enfoque proactivo es, sin duda, merecedor de amplio reconocimiento y un faro de esperanza para la participación ciudadana desde la cuna en el municipio.

Deja un comentario

Tendencias