Por Juan Carlos Méndez Ramírez

La reciente presentación por parte del diputado Martín Escogido Flores de la iniciativa para declarar el 2025 como el “Año de la Mujer Indígena” resuena con una fuerza innegable en el pleno, marcando un hito en el camino hacia el reconocimiento y la visibilización de un sector históricamente marginado de nuestra sociedad.

Esta propuesta no es solo un gesto simbólico, sino un acto de justicia fundamental. Tal como lo sentenció el propio diputado, reconocer y nombrar a las mujeres indígenas constituye una reparación histórica necesaria. Su lucha ha sido doblemente ardua: una resistencia constante contra la opresión de género y, simultáneamente, una defensa apasionada contra la marginación de sus pueblos.

Lamentablemente, como bien señala el legislador Escogido Flores, a pesar de los avances en la lucha de las mujeres en México y Baja California Sur, las mujeres indígenas continúan enfrentando agresiones basadas en estereotipos de género, así como la dolorosa realidad de la marginación, la discriminación y la pobreza. La doble e incluso triple jornada que soportan diariamente, precisamente por su condición de mujeres e indígenas, clama por una atención y un reconocimiento urgentes.

Es particularmente relevante que esta iniciativa surja en un contexto como el de Baja California Sur, cuya sociedad diversa y pluricultural es producto de la migración. Los datos del INEGI del Censo de Población y Vivienda 2020 revelan que el 11.87% de la población total del estado es indígena, una cifra que además va en aumento. Este dato subraya la importancia crucial del papel y las aportaciones de la mujer indígena en la entidad, haciendo aún más pertinente su reconocimiento.

La visión y el compromiso del diputado Martín Escogido Flores al presentar esta iniciativa son dignos de encomio. Su sensibilidad ante las problemáticas que enfrentan las mujeres indígenas y su determinación para llevar esta propuesta al pleno demuestran un liderazgo atento a las necesidades de todos los sectores de la sociedad.

Declarar el 2025 como el “Año de la Mujer Indígena” sería un paso significativo para visibilizar su invaluable contribución a nuestra nación y para impulsar acciones concretas que les permitan superar las múltiples formas de discriminación que aún persisten. Es una oportunidad para que su voz resuene con aún más fuerza en todos los espacios de discusión.

Desde esta tribuna, aplaudimos esta excelente iniciativa y el liderazgo del diputado Martín Escogido Flores, instando a las diferentes fuerzas políticas y a la sociedad en general a respaldar este necesario acto de justicia y reconocimiento. El tiempo de la mujer indígena ha llegado, y esta propuesta es un paso firme en la dirección correcta.

Deja un comentario

Tendencias