Por Nativus Pericuum

El reciente foro universitario sobre la eliminación del fuero constitucional en Baja California Sur no fue un simple evento académico, sino un verdadero sismo político que sacudió los cimientos de la clase gobernante. Mientras algunos se aferran a privilegios anacrónicos, otros claman por una verdadera rendición de cuentas.

  • Carlos Eduardo Vergara Monroy, el Quijote de la transparencia: El catedrático de la UABCS no se guardó nada. Con una valentía que roza lo temerario, Vergara Monroy desnudó la podredumbre del fuero, mostrando cómo esta figura, pensada para proteger, se ha convertido en el escudo predilecto de corruptos y abusadores. Su análisis, certero y demoledor, dejó a más de uno con la conciencia intranquila. Reconoció la labor de la diputada Lupita Vázquez, aunque su encomio pareció más un desafío a estar a la altura de las circunstancias que un halago genuino. El catedrático expuso el amplio catálogo de puestos de servidores y empresas públicas que poseen la protección del fuero constitucional estando muy distante de la idea original de esta medida de protección.
  • Lupita Vázquez Jacinto, entre la espada y la pared: La diputada de Morena intentó, con escaso éxito, defender lo indefendible. Sus argumentos, predecibles y poco convincentes, no lograron ocultar la fragilidad de su postura. La diputada informó que Baja California Sur podría convertirse en el estado número 18 en eliminar el fuero constitucional, sumándose a la presidencia de la República, un dato que sonó más a consuelo que a justificación. Su discurso, plagado de lugares comunes, dejó la sensación de que la diputada está más preocupada por mantener las formas que por transformar la realidad. La diputada informó que la propuesta en nuestro consiste en derogar el artículo 159 de la Constitución Estatal y derogar una fracción del artículo 64.
  • Virginia Eunice Rivera Calderón, presidenta del Consejo de Participación Ciudadana, intentó aportar una perspectiva histórica, aunque su defensa del fuero sonó desentonada en un contexto de exigencia de transparencia.
  • La Contralora General del Estado clausuró el foro, en un acto que pareció más un cumplido burocrático que un compromiso real con la lucha contra la corrupción.

El foro universitario ha abierto una grieta en el muro de la impunidad. La pregunta ahora es si la clase política estará a la altura del desafío o si seguirá aferrada a sus privilegios de casta. El tiempo, como siempre, dará la respuesta.

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