– EL ESCÁNDALO DE CORRUPCIÓN QUE SACUDE AL CONGRESO DE BAJA CALIFORNIA SUR

El caso de la diputada Guadalupe Saldaña Cisneros ha dejado de ser un simple escándalo de corrupción para convertirse en un símbolo de la profunda descomposición que afecta a las instituciones públicas en Baja California Sur. La investigación periodística del portal la-arenga.com, revelada en sus entregas «EL CINISMO Y LA DESESPERACIÓN DE GUADALUPE SALDAÑA: – LA ARENGA» y «¡ESCÁNDALO EN EL CONGRESO DE BAJA CALIFORNIA SUR! – LA ARENGA», ha destapado una cloaca de nepotismo, abuso de poder y desvío de recursos públicos que exige una respuesta contundente por parte de las autoridades y la ciudadanía.

La trama, que inicialmente parecía un caso aislado, ha escalado hasta convertirse en un escándalo que ha dejado al descubierto la fragilidad de nuestro sistema político. Saldaña, lejos de asumir su responsabilidad, ha respondido con una serie de acciones que confirman la gravedad de la situación y revelan su falta de moralidad:

  • Amenazas y chantajes: La diputada ha obligado a otros diputados a protegerla, amenazándolos con denunciar sus propias fechorías. Esta acción no solo confirma que el Congreso es un «cochinero» donde varios legisladores están involucrados en actos de corrupción, sino que también revela una cultura de impunidad que debemos erradicar.
  • Ataques a denunciantes: En lugar de rendir cuentas, Saldaña ha buscado silenciar a quienes revelan la verdad. Ha amenazado al titular de la unidad de transparencia del Congreso, Luis Enrique Serret Flores, por proporcionar la información que destapó la trama de corrupción. También ha intentado desacreditar al director de finanzas del Congreso, Ing. Ismael Rodríguez Piña, responsabilizándolo de exponer sus «raterías», mostrando su intención de perpetuar la impunidad.
  • Negación y manipulación: La diputada ha intentado manipular la información sobre los salarios de sus «asesores», afirmando que uno de ellos no gana 100 mil pesos, sino «un poco menos», específicamente 40 mil pesos. Esta táctica busca minimizar la gravedad de sus actos y descalificar al portal noticioso http://www.la-arenga.com. Además, ha mentido y calumniado al medio la-arenga.com por haberla descubierto y exhibido su falta de moral, revelando su desesperación por controlar la narrativa y silenciar a quienes la exponen.
  • Soledad política: A pesar de su intento por manipular a la gente con una imagen de «blanca palomita», Saldaña se está quedando sola. En los grupos de chat de su partido, el PAN, ha dejado de interactuar, generando sospechas y desconfianza entre sus propios compañeros de partido, quienes se avergüenzan de su doble moral. Varios panistas le han dado la espalda.

El modus operandi de la corrupción es claro: una nómina fantasma que incluye a amigos y familiares que cobran sueldos estratosféricos sin trabajar. Entre los «aviadores» destacan Javier Bermúdez Hernández, Luis Alberto Herrera Jiménez, María de Jesús Cota Beltrán y Nancy Anabell Guluarte Gutiérrez. En total, la diputada ha desviado 170 mil pesos mensuales, una suma que asciende a casi 200 mil al incluir impuestos. Esta cantidad representa un uso indebido de los recursos públicos, afectando directamente a los ciudadanos que deberían ser los beneficiarios de esos fondos.

La actitud de la diputada Saldaña revela un profundo desprecio por la ley y por las instituciones. Sus acciones no solo constituyen un desvío de recursos públicos, sino también un abuso de autoridad, enriquecimiento ilícito y faltas administrativas graves. La jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es clara al respecto: la existencia de «aviadores» es un uso indebido de los recursos públicos.

En este contexto, la prensa juega un papel fundamental. Es necesario un periodismo que no ceda ante las presiones del poder, que investigue, denuncie y fiscalice las acciones de los políticos. La valentía de periodistas que no dudan en exponer la corrupción, como el equipo de la-arenga.com, es esencial para la salud de nuestra democracia. También es fundamental reconocer la valentía de funcionarios honestos como el Lic. Luis Enrique Serret Flores y el Ing. Ismael Rodríguez Piña.

La ciudadanía no puede permanecer indiferente ante esta situación. Es necesario exigir cuentas claras a nuestros representantes y castigar con el voto a quienes traicionan la confianza pública. Debemos promover la transparencia y la rendición de cuentas como pilares de una sociedad justa y equitativa.

En conclusión, el caso de la diputada Guadalupe Saldaña Cisneros es un ejemplo claro de la corrupción que carcome nuestras instituciones. Su intento de evadir la justicia y manipular la información no hace más que confirmar su culpabilidad y la necesidad urgente de una investigación a fondo. Es hora de que las autoridades actúen con contundencia y apliquen las sanciones correspondientes. Porque en Baja California Sur, como bien se dice a manera de sátira y con justa razón, «La Sal Daña».

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