Por Juan Carlos Méndez

Congreso del Estado, La Paz, Baja California Sur – En una movida que ha dejado a más de uno rascándose la cabeza, la diputada Alondra Torres García, aquella que una vez fue síndica en el municipio de Los Cabos, ha emergido de las sombras para «defender» el acceso a las playas. ¡Qué ironía! Al parecer, su memoria es tan selectiva como un gourmet en un buffet libre, olvidando convenientemente su propio historial en la administración pública.

El Pasado Siempre Regresa (Como un Boomerang):

Alondra Torres, ahora convertida en paladina de la justicia costera, ha presentado un pronunciamiento en la tribuna legislativa, ¡alegando que el espacio público es inalienable y que el interés general debe prevalecer sobre el particular! ¡Qué conmovedor! Pero, ¿acaso olvidamos que esta misma diputada, durante su paso por el ayuntamiento cabeño, fue acusada públicamente de hacer negocios a costa del erario? La actual administración municipal de Los Cabos, por si fuera poco, ha presentado denuncias formales ante la fiscalía anticorrupción. ¡Vaya, vaya, parece que la memoria le falla cuando se trata de sus propios asuntos!

El Camino Costero, Una Cortina de Humo:

La «preocupación» de Alondra se centra en el camino costero de Cabo del Este, que según ella, podría ser privatizado, ¡como si no hubiéramos visto este tipo de maniobras antes!. La diputada, cual heroína de telenovela, se rasga las vestiduras por la «libertad» de los lugareños, aquellos que, curiosamente, no la recuerdan precisamente como una defensora en su época de síndica. Su «indignación» suena más a una estrategia de relaciones públicas que a un genuino interés en el bienestar de los ciudadanos.

Oportunismo en Estado Puro:

Ahora, en su papel de redentora de las playas, Alondra Torres se sube al tren de la popularidad, aprovechando un tema que ha resonado entre la ciudadanía. ¡Qué astuta jugada! La diputada se monta en la ola de la indignación pública, sin sonrojarse un ápice por su propio pasado cuestionable. Su actuación es tan predecible como un comercial de televisión a las tres de la mañana.

«El Espacio Público Es Inalienable»

… ¿En Serio?:

Mientras recita sus frases grandilocuentes sobre la defensa del interés general, uno no puede evitar preguntarse si Alondra se escucha a sí misma. Su historial en Los Cabos no le otorga precisamente la calidad moral para pontificar sobre la transparencia y el bien común. Su discurso suena hueco, vacío, y francamente, risible.

El Público No Es Tonto:

Los ciudadanos de Baja California Sur no son ingenuos. Saben que la memoria es larga, y los actos tienen consecuencias. La diputada Alondra Torres puede intentar disfrazar su pasado, pero la verdad siempre encuentra la forma de salir a la luz. Quizás sería más efectivo que se enfocara en limpiar su propio expediente antes de erigirse como la salvadora de las playas.

En fin, la diputada Alondra Torres, con su súbito interés en las playas y su aparente amnesia sobre su pasado, nos ofrece una escena de humor involuntario. Su oportunismo es tan evidente que hasta un ciego podría verlo. Mientras tanto, nosotros seguiremos observando su «lucha» con una mezcla de incredulidad y sarcasmo.

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