Por Juan Carlos Méndez Ramírez
En una epifanía digna de un guion de comedia, el diputado federal Ricardo Mejía Berdeja, del PT, nos ilumina con una verdad reveladora: ¡México y Estados Unidos son vecinos!. ¡Quién lo hubiera imaginado! El parlamentario, quien también fue subsecretario de Seguridad, ha tenido esta revelación justo cuando Donald Trump se asoma de nuevo en el panorama político estadounidense. Parece que el impacto de las relaciones bilaterales entre México y EE.UU le ha llegado como un rayo de sabiduría divina.
El Diputado que Descubrió la Economía: ¡Los Migrantes son Importantes!
Mejía Berdeja, con la solemnidad de un estadista, destaca que más de 40 millones de mexicanos residen en Estados Unidos, contribuyendo con un 8% al PIB de ese país y pagando más de 121,500 millones de dólares en impuestos. ¡Una verdadera mina de oro! (para EE.UU). Además, ha notado que las remesas que estos migrantes envían a México, más de 60,000 millones de dólares anuales, son la segunda fuente de ingresos más importante para el país. Parece que el diputado ha descubierto que nuestros migrantes son el motor que impulsa la economía de ambos países, aunque la mayor parte de su riqueza se quede en el país vecino. ¡Que ingenioso!
El Congreso Respalda… ¿A Quién?
El diputado asegura que el Congreso de la Unión respalda la unidad nacional y las decisiones de la presidenta Claudia Sheinbaum para proteger los derechos de los migrantes. ¡Qué alivio! Es bueno saber que el Congreso está ahí, haciendo algo, aunque sea aplaudir las decisiones de otros. Mejía Berdeja también subraya el papel crucial del Congreso para promover la paz y el desarrollo sustentable. Parece que el Congreso tiene más poder del que nos imaginábamos.
Conclusión: Un Discurso sin Sal ni Pimienta
En resumen, Mejía Berdeja nos ofrece un discurso lleno de lugares comunes y datos que cualquiera podría encontrar en Google. Nos recuerda que somos vecinos de Estados Unidos y que los migrantes son importantes, como si fueran revelaciones divinas. Su mensaje es tan innovador como un discurso de un político de hace 50 años. Mientras tanto, los migrantes, esos héroes anónimos, siguen trabajando arduamente, enviando dinero a casa y contribuyendo a la economía de ambos países, mientras nuestros diputados descubren lo obvio. ¡Que siga la fiesta de la política!
La arenga 
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