Por Juan Carlos Méndez Ramírez
En el vasto paisaje político de Baja California Sur, donde las palabras a menudo se diluyen en la retórica vacía, emerge una figura que resplandece con una luz propia: Karina Olivas Parra. No es simplemente una diputada; es la encarnación de la esperanza, el latido de un corazón que siente con intensidad cada anhelo y cada necesidad de su pueblo. Su historia no es una mera acumulación de logros, sino un relato apasionante de entrega, valentía y un amor inquebrantable por sudcalifornia.
Desde su llegada al Congreso del Estado, Karina ha desafiado los moldes tradicionales de la política. Su liderazgo no se basa en la arrogancia o la imposición, sino en la escucha atenta, el diálogo sincero y la acción decidida. No se conforma con los discursos vacíos, sino que se sumerge en la realidad de la gente, comprendiendo sus desafíos y trabajando incansablemente para transformar su entorno. Como presidenta de la Mesa Directiva, guió los trabajos con sabiduría y firmeza, siempre con la mirada puesta en el bienestar de Baja California Sur.

No teme alzar la voz contra la injusticia, denunciar la corrupción y exigir cuentas claras a las instituciones. Su lucha por la autonomía de la Fiscalía Anticorrupción es un grito de justicia, una muestra de su compromiso inquebrantable con la ética y la rendición de cuentas. Su iniciativa del «Parlamento Abierto» busca acercar el trabajo legislativo a la ciudadanía, derribando las barreras de la opacidad y construyendo puentes de participación.
Su corazón late al ritmo de la Cuarta Transformación. Su apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum es una declaración de principios, una reafirmación de su convicción por un México más justo y equitativo. Su compromiso con la justicia social la impulsa a defender los derechos de los más vulnerables, desde las mujeres hasta los adultos mayores y las personas con discapacidad. Su labor para impulsar programas de apoyo a las mujeres, desde la detección temprana del cáncer de mama hasta el empoderamiento femenino, refleja su sensibilidad y su profunda preocupación por la equidad de género.
Su visión va más allá de las paredes del Congreso.
Su preocupación por el medio ambiente la ha llevado a promover la economía circular, la protección de las áreas naturales y el uso de energías limpias. Su iniciativa para proteger el icónico «Hongo de Balandra» es un símbolo de su compromiso con la preservación del patrimonio natural de Baja California Sur. Su trabajo para asegurar un mayor presupuesto para el estado demuestra su incansable labor por el bienestar de su gente.

Karina no es una política distante, es una luchadora social cercana que se involucra con pasión en cada tarea. Su Casa de Gestión es un refugio para quienes necesitan apoyo, un espacio donde la esperanza se materializa en acciones concretas y atención médica. Su trabajo en la revisión de las Leyes de Ingresos municipales fue fundamental para garantizar que los recursos durante el 2025 se asignen de manera justa y equitativa. Su dedicación es contagiosa, su esfuerzo es un ejemplo para todos aquellos que creen en la posibilidad de un futuro mejor.
El camino que ha trazado Karina está lleno de esfuerzo, determinación y amor. Su convicción inquebrantable y su entrega total a su pueblo han dejado una huella imborrable en la historia reciente de Baja California Sur. Su liderazgo es un llamado a la acción, una inspiración para construir una sociedad más justa, más humana y más próspera.
Y así, observando su trayectoria, su pasión y su incansable dedicación, no se extrañe nadie si un día, el corazón de La Paz, la propia Karina Olivas Parra, sea llamada a ocupar la silla de la presidencia municipal. Porque su liderazgo no tiene límites, y su amor por la “paceñada” es una llama que nunca se extinguirá. Karina Olivas Parra, una legisladora que inspira y contagia, una mujer que transforma y construye, una política con alma que se entrega con pasión a su pueblo.






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