En el escenario político de Baja California Sur, se desarrolla una obra tragicómica protagonizada por la diputada Lupita Saldaña, cuya sazón crítica parece afectar a otros personajes, como la diputada Teresita de Jesús Valentín Vázquez. Ambas, conocidas por su fervor protagonico opositor, se unen en una cruzada contra el proyecto minero «El Arco», liderado por la empresa Mexicana del Arco.

La diputada Saldaña, fiel a su estilo confrontativo, presentó un punto de acuerdo solicitando información a diversas entidades sobre las autorizaciones otorgadas a la minera. Su argumento central, condimentado con una pizca de alarmismo, advierte sobre el riesgo que el proyecto representa para las familias de Mulegé y la actividad agropecuaria, debido al uso del agua del Acuífero El Vizcaíno. El apellido de la diputada, «Saldaña», se convierte en una irónica metáfora, ya que, al igual que el exceso de sal arruina un platillo, su afán de oposición indiscriminada, sin propuestas alternativas, deja un sabor amargo en la boca del electorado.

La diputada Teresita de Jesús, contagiada quizás por la «sal» de Saldaña, se suma a la orquesta de la crítica. Si bien su discurso se centra en la violencia contra las mujeres, sus acciones se perciben como oportunistas y carentes de profundidad. Se limita a celebrar logros ajenos, como el decreto de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, sin ofrecer soluciones concretas para su propio distrito. En Vizcaíno, la realidad contradice sus rimbombantes discursos, ya que la falta de personal capacitado y recursos económicos obstaculiza la atención a las víctimas de violencia. Pareciera que la «sal» de la crítica, sin el balance de propuestas viables, ha afectado su capacidad de acción efectiva.

El Congreso de BCS se convierte en un escenario donde la oposición se condimenta con diversas especias. Diputados de MORENA, PT y PVEM se suman a la iniciativa de Saldaña, en un aparente acto de unidad opositora, pero sin un claro plan de acción. Solicitan la visita de la Secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena Ibarra, y la intervención del Congreso de Baja California. Se observa un afán de protagonismo, donde el rechazo al proyecto minero se convierte en un espectáculo mediático.

Mientras la «sal» de la crítica se esparce por el escenario político, queda la duda de si este condimento servirá para mejorar el sabor del debate público o simplemente dejará a la audiencia con una sed insaciable de soluciones reales. La lucha contra la minería, al igual que la lucha contra la violencia de género, requiere de acciones concretas, no solo de discursos sazonados con crítica. Es necesario que las diputadas Saldaña y Teresita de Jesús, y sus colegas en el Congreso, equilibren la «sal» de la crítica con el «dulce» de las propuestas viables, para que el banquete político sea nutritivo para la sociedad de Baja California Sur.

valgame la redundancia ambale lector: «Dios las hace… y ellas se juntan» al tiempo… ten cuidado Edith que la guadaña salada puede infectar tu lealtad y trabajo.

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